Películas que se adelantaron al metaverso

Si has empezado a escuchar hablar del metaverso a partir de la transformación de Facebook en Meta, probablemente puedes pensar que esta corriente es reciente. Pero no, nada más lejos de la realidad. 

El metaverso lleva más tiempo pululando de lo que te imaginas; de hecho, la cultura pop lo ‘inventó’ mucho antes que las grandes empresas punteras. Antes de convertirse en el nuevo gran hito de la tecnología, este mundo virtual nació y se desarrolló en la ciencia ficción

¿Qué entendemos por metaverso? Nuestra visión de mundos virtuales compartidos, persistentes y en tiempo real ha sido moldeada por la cultura desde que Neal Stephenson acuñó el término en la novela Snow Crash en 2012

Es posible que el metaverso haya captado la atención popular del público en general recientemente. Sin embargo, ha existido en películas, series y literatura durante décadas.

Para demostrártelo, hemos elegido diez de las mejores descripciones de metaverso reflejadas en el cine. Aquí verás algunas de las visiones más ambiciosas del futuro, en las que los humanos, los juegos y la tecnología se fusionan. Eso sí, advertimos que algunos de estos experimentos no terminan bien. 

10 películas que se adelantaron al metaverso

Tron (1982)

Tal vez el primer «metaverso» que apareció en la gran pantalla fue el de esta película estadounidense dirigida por Steven Lisberger y protagonizada por Jeff Bridges, Bruce Boxleitner, Cindy Morgan y David Warne. Tron detalla las aventuras del desarrollador de videojuegos Kevin Flynn, quien es transportado al ‘reino de la computadora’. Allí se encuentra con Tron, un programa de seguridad que «lucha por los usuarios”.

El viaje de Disney a principios de los 80 a las entrañas de un ordenador en el que un malvado programa controla los comportamientos a su antojo puede ser más memorable por su estética que por su trama, pero sigue siendo una de las exploraciones cinematográficas más innovadoras de un entorno de tipo metaverso. 

Aunque es misterio por qué el interior de un ordenador se convertiría en un universo poblado por duendes guerreros con una inclinación por las carreras de motos, la película funciona dentro de su propia lógica.

El filme fue revisado en 2010 como Tron: Legacy y cuenta con una banda sonora de Daft Punk. 

Desafío total (1990)

Esta obra de culto firmada por Paul Verhoeven (el director de Instinto Básico y RoboCop) es otra de las películas que se adelantaron al metaverso. 

En ella, un soberbio Arnold Schwarzenegger interpreta a Doug Quaid, un hombre que lleva una vida aparentemente tranquila en la Tierra del año 2084. No obstante, vive atormentado por una pesadilla que todas las noches lo transporta a Marte.

Decide entonces recurrir al laboratorio de Recall, una empresa de vacaciones virtuales que le ofrece la oportunidad de materializar su sueño gracias a un fuerte alucinógeno, pero la droga hace aflorar a su memoria una estancia verdadera en el planeta rojo, cuando era el más temido agente del cruel Coohagen. 

Desafío Total recaudó en total más de 260 millones de dólares (250 millones euros), más de cuatro veces su presupuesto, lo que la convirtió en un éxito de taquilla.

The Matrix (1999)

Cuando las máquinas toman el control del planeta Tierra en Terminator, sabes que no pararán hasta que el último ser humano esté muerto. Sin embargo, sus contrapartes de IA en The Matrix adoptan un enfoque diferente, manteniéndonos dóciles dentro de una simulación compleja. 

La trilogía Matrix es la historia de un programador informático, Thomas Anderson/ Neao (Keanu Reeves), que se da cuenta de que vive en un mundo virtual diseñado por una Inteligencia Artificial que utiliza a la humanidad como fuente de energía en el mundo real y en en la que todos los humanos están conectados desde la cuna hasta la tumba.

The Matrix explora una tonelada de preguntas filosóficas (en particular, la Alegoría de la cueva y la Máquina de la experiencia) junto con el futuro potencial que podría resultar de la inteligencia artificial desbocada y la tecnología de realidad virtual.

Tanto la primera como las otras dos películas de la saga ahora se perciben dentro del séptimo arte como la cima de la narración de la ciencia ficción cuya idea existencial de la diferencia entre el mundo natural y el mundo virtual es tan impresionante como la acción que se muestra en la película. Muchos filmes posteriores a los de las hermanas Wachowski intentaron capturar la magia de la saga, pero no pudieron cumplir con los altos estándares de las escenas de acción meticulosamente coreografiadas de Matrix.

Minority Report (2002)

Ambientada en 2054, en este clásico de la ciencia ficción que tiene detrás a Steven Spielberg, la policía puede usar tecnología psíquica para arrestar a los criminales antes de que cometan sus fechorías. Para el agente (John Anderton) Tom Cruise, líder de la unidad Precrime, todo va bien hasta que es condenado por el crimen que aún no ha cometido de un hombre que nunca ha conocido

Los ordenadores en Minority Report utilizan una interfaz de realidad aumentada basada en gestos que ha sido la inspiración para crear el tipo de interfaz de usuario que necesitaremos para lidiar con un entorno sin teclado con múltiples flujos y capas de información.

Avatar (2009)

Poco podía imaginarse James Cameron después de recaudar 2.200 millones de dólares con Titanic que otra película suya no solo desbancaría a la del legendario transatlántico que se hundió en las gélidos aguas del Atlántico, sino que además se subiría al podio como la más taquillera de la historia.

Nada menos que 2.847 millones de dólares fue la recaudación de Avatar, cuyo título ya nos lleva directamente a asociarlas con el tipo de películas que se adelantaron al metaverso; en concreto, haciendo referencia a las identidades virtuales. 

Avatar explora el mundo de Pandora, colocando a los humanos en una simulación similar a la realidad en el cuerpo y la mente de los Na’vi. Viviendo en un ambiente venenoso para los humanos, los Na’vi son una especie muy avanzada capaz de cosas más allá de la inteligencia humana.

La tecnología de poder mover la conciencia de un humano a otra especie es asombrosa. Avatar explora este concepto, y hace alarde de las capacidades de la tecnología AR y VR.

Origen (2010)

¿Echabas de menos al maestro de la ciencia ficción, aka Christopher Nolan, en esta lista, verdad? Esta obra de culto sigue a Dom Cobb (Leonardo DiCaprio), un experto en el arte de apropiarse, durante el sueño, de los secretos del subconsciente ajeno. La extraña habilidad de Cobb le ha convertido en un hombre muy cotizado en el mundo del espionaje, pero también lo ha condenado a ser un fugitivo y, por consiguiente, a renunciar a llevar una vida normal.

Su única oportunidad para cambiar de vida será hacer exactamente lo contrario de lo que ha hecho siempre: la incepción, que consiste en implantar una idea en el subconsciente en lugar de sustraerla.

Dentro del mundo de Origen, la tecnología para compartir sueños se desarrolló como una herramienta militar para permitir a los soldados practicar técnicas de combate sin incurrir en ningún daño físico real. Los personajes usan esta tecnología para propósitos igualmente nefastos.

Más allá de preceptos éticos y filosóficos sobre el uso de la tecnología, el filme representa la cantidad de capas que puede tener la realidad. Su representación del metaverso se basa en el uso de la tecnología, la realidad virtual y las capacidades de creación de mundos que solo podemos aspirar a lograr.

¡Rompe, Ralph! (2012)

También hay cabida en la animación para las películas que se adelantaron al metaverso, y este divertido clásico de Disney es un ejemplo. Durante décadas, Ralph, un villano de videojuego, se ha cansado de ser el malo de la historia, así que decide tomar el asunto por sus propias y gigantes manos, y se lanza en un viaje a través de los distintos mundos y generaciones de videojuegos para demostrarle al mundo que él también puede ser un héroe.

Sin embargo, termina causando estragos por el camino. Ralph puede viajar por todo Internet, de un juego a otro, y muestra la interconexión potencial que ofrece el metaverso.

Her (2013)

El icónico director (y productor, director, guionista y actor) Spike Jonze es el artífice de esta historia sombría sobre el amor y la pérdida que explora la relación de un escritor recientemente divorciado, Theodore (Joaquin Phoenix), y un sistema operativo personalizado con inteligencia artificial, Samantha (Scarlett Johansson). 

Esta película es una anomalía en esta lista, ya que no es un espejo de una sociedad distópica, sino una maravillosa dramedia romántica en los tiempos cibernéticos

Y más allá, también explora el desarrollo del personaje de IA de Scarlett Johansson, cómo se percibe a sí misma en este mundo y qué significa para el personaje de Phoenix. En suma, la película cuestiona qué significa ser humano y si la inteligencia artificial algún día podría comenzar a comportarse como nosotros

Ready Player One (2018)

Steven Spielberg convirtió el ‘best-seller’ de Ernest Clint en una de las películas que se adelantaron al metaverso que más nos pueden ayudar a hacernos una idea de lo que puede llegar a ser el metaverso. 

Mientras que la raza humana se ve obligada a vivir en el metaverso en The Matrix, en la exitosa novela Ready Player One de 2011, pasan su tiempo en una simulación de realidad virtual por elección. Y es fácil entender por qué, dado que OASIS, esencialmente una evolución totalmente inmersiva de Internet, le permite hacer y ser prácticamente cualquier cosa con la que pueda soñar.

Free Guy (2021)

Igual que ¡Rompe, Ralph!, Free Guy es un título desternillante, y por tanto, con un tono mucho menos serio que la mayoría de las de esta selección. Al ser tan reciente no sabemos si se puede considerar una de las películas que se adelantaron al metaverso, pero es entretenida a rabiar. 

En cuanto al tema que nos ocupa, el director Shawn Levy disfraza de comedia su particular exploración del mundo de los videojuegos y la delgada linea que los separa de la vida real. 

A lo ‘El show de Truman’ versión videojuegos, sigue a Guy (Ryan Reynolds), un tipo alegre y solitario que trabaja como cajero de un banco. Incluso si le utilizan como rehén durante un atraco a su banco, él sigue sonriendo como si nada. Hasta que un día se da cuenta de que Free City no es exactamente la ciudad que él creía. Guy va a descubrir que en realidad es un personaje no jugable dentro de un brutal videojuego.

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